El premio Nobel de Economía fue atribuido a Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson por el Banco Central de Suecia, para la búsqueda de “nuevos formatos para bienes y servicios difíciles de vender de forma tradicional, como las frecuencias de radio”. Milgrom y Wilson, 72 y 83 años, son dos economistas estadounidenses expertos en subastas.
En las motivaciones que acompañan el reconocimiento se explica que “las subastas afectan nuestra vida cotidiana y que los vencedores de ciencia económica de este año han mejorado la teoría de subastas e inventado nuevos formatos de subastas en beneficio de los vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo”.
Wilson con sus estudios ha demostrado “por qué los postores racionales tienden a colocar ofertas por debajo de su mejor estimación del valor común: están preocupados por la maldición del ganador, es decir, por pagar demasiado y perder».
A diferencia de los otros premios Nobel, el reconocimiento – de 10 millones de coronas suecas (1,14 millones de dólares) – ha sido asignado por la Sveriges Riksbank, el Banco Central de Suecia, en Memoria de Alfred Nobel. El premio Nobel de Economía es oficialmente el “Premio del Banco de Suecia de ciencias económicas en memoria de Alfred Nobel”: fue entregado por primera vez en 1969, luego su establecimiento por una donación de la Sveriges Riksbank que festejó su 300 aniversario.
Este premio no está previsto en el testamento de Alfred Nobel, está administrado por la Fundación Nobel y entregado junto a los otros premios.